Concepto budista del Cielo y del Infierno
“El sabio construye su propio Cielo, en cuanto el ignorante crea su propio infierno aquí y más allá.”
Los budistas no creen en la eternidad del Cielo y del infierno. Aquellos que por su karma descienden a los infiernos, también por algún mérito adquirido en alguna vida pasada podrán salir de ellos. En los portones de los infiernos no hay cerrojos, ellos son lugares temporarios y los seres allí confinados no permanecen eternamente.
Buda enseñó que no sólo afuera de este mundo sino dentro de él hay cielos e infiernos, denominándose así a los estados de sensaciones dolorosas o placenteras y no a un lugar determinado.
En este mundo existe el fuego de la rabia, de la pasión, codicia e ignorancia.De acuerdo con las enseñanzas de Buda nos estamos quemando en once formas de dolores físicos y agonías mentales: 1) pasión, 2) odio, 3) ilusión, 4) enfermedad, 5) decadencia, 6) muerte, 7) preocupación, 8) lamento, 9) dolor (físico y mental) 10) melancolía y 11) pesar.
Las personas pueden incendiar el mundo entero con algunos de esos fuegos de la discordia mental. Infierno y cielo serían lugares en este mundo o en otro plano con mayor o menor sufrimiento. La existencia futura, después de la muerte, es condicionada por el último pensamiento que una persona vivencia en el momento de la muerte. Este último pensamiento que determina la próxima existencia resulta de las acciones pasadas en esta vida o en vidas anteriores. Si el pensamiento predominante refleja acciones meritorias, la persona encontrará su existencia futura en un estado feliz. Tal estado es temporario y cuando finaliza, un nuevo estado o vida comenzará determinada por otra energía kármica predominante. Este proceso repetitivo prosigue sin fin a menos que se llegue a la “Comprensión Correcta” y se tome la firme determinación de seguir el Camino Noble que produzca la Felicidad Última del Nirvana.
Lo importante en Budismo es la construcción del carácter y el entrenamiento mental; llevar una vida correcta desarrollando cualidades humanas y paz mental.
Extraído de la revista bimestral del Templo Tzong Kwan - Maio 07.
martes, 26 de enero de 2010
jueves, 7 de enero de 2010
Reflexión
PARA RELEER UNA Y OTRA VEZ...
Los Cuatro Acuerdos de la Filosofía
Tolteca
*«No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así
tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir,
pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La única
razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz. La felicidad es
una elección, como también lo es el sufrimiento».*
Así comienza el libro de los Cuatro Acuerdos de la Sabiduría Tolteca, un
luminoso tratado destinado a poner fin a la Ilusión y al Caos creado por la
mente.
Como siempre con pasa con la Grandes Verdades lo único nuevo somos nosotros.
Cambiamos los enfoques, las maneras de plantearlas, las justificamos con los
últimos conocimientos científicos solo para darnos cuenta de que cientos,
cuando no miles de años atrás ya habían sido formuladas.
Cuando el Buda Gautama expresaba que todo es unidad y que nuestros actos
afectan siempre al Karma no solo de la humanidad sino de la Creación toda,
tal vez no suponía que iba a tener que esperar casi 2500 años para que la
teoría del campo unificado le permitiese quedarse tranquilo con su verdad…
Supongo que debe haber sido una espera dura en la ansiedad de haberle errado
al Nirvana; un colectivo equivocado y la reputación de casi tres milenios al
tacho!!
Esto es exactamente lo que sucede con la teoría tolteca sobre el Mitote. Los
toltecas sostuvieron, mucho antes de que nosotros los autorizáramos con
nuestros “descubrimientos” en neurofisiología y física cuántica, que vivimos
dentro de un sueño. Una fantasía elaborada a través de la incesante
actividad de nuestras mentes y que entrelazada con otras fantasía del
conjunto toman estatus de “verdades”.
De hecho esta misma “teoría” puede ser rastrada casi en el total de las
tradiciones Espirituales de los pueblos antiguos alrededor del mundo (La
Maya Hindú por ejemplo).
Bien, dentro de este sueño o Mitote deberíamos ser libres de crear cualquier
realidad que, literalmente, se nos ocurriera; sin embargo sostiene que
nuestra capacidad creadora no ha sido debidamente fomentada, de hecho ha
sido deliberadamente corrompida, en el nombre de lo que se denomina el bien
común que no es más que la normativa para controlar el orden social.
Herramientas involuntarias y bien intencionadas de esta “Castración
Creativa” ha sido nuestros padres en primer lugar, todo los adultos con
autoridad física o moral sobre nosotros y después los condicionamientos
sociales en general: El “qué Dirán” el “que no se note” y todos los que
seguro te están viniendo a la mente. A estos condicionantes los Denominaban
Acuerdos, puesto que se instalaban con la Voluntad (no siempre consciente ni
informada) del individuo.
Y acá llegamos a otro punto interesante:
Ningún acuerdo puede ser instalado “por la fuerza” en el otro sino con su
consentimiento.
Por supuesto está de más decir que la capacidad de oponernos a los acuerdos
es directamente proporcional a nuestro grado de madurez y a nuestro grado de
consciencia de Auto-responsabilidad, así también como la capacidad de
modificar y eliminar acuerdos autolimitantes o de establecer nuevos
acuerdos.
Es sobre esta base que los toltecas construyen la Teoría de los Cuatro
Acuerdos en orden de establecer un método simple (no fácil, simple) y
accesible a cualquiera que tome la decisión de reprogramar sus acuerdos
internos.
Hago la aclaración de que no son fáciles porque estamos viviendo en una
época de soluciones “Quick” que nos está llevando a la peligrosa tentación
de una espiritualidad con iguales características.
Depende de los años que tengas ya oíste el
“piense y hágase rico”
“cómo cambiar tu vida en una semana”
“cómo bajar de peso en 3 días”
“cómo conquistarla/lo con solo dos gestos” (…espacio libre para la
imaginación…)
Las cosas pueden ser Extremadamente simples, de hecho lo son en la gran
mayoría de los casos porque la dinámica cósmica no incluye el concepto de la
complicación. Sin embargo para sintonizarnos con dicha dinámica debemos
tener un gobierno exquisito sobre cada parte de nuestro ser, tanto sensible
como mental y energético.
Hoy en día todos somos conscientes de que somos lo que pensamos y que todo
lo que percibimos lo percibimos en realidad en el espejo de la memoria, sale
hasta en las revistas de entretenimiento haciéndonos sentir como unos
inútiles porque nosotros ya hemos imaginado la casa en la Riviera Francesa
con gaviotas y todo y hemos vuelto a despertar en la casita de Larguirucho.
Sin embargo lo que no nos han dicho no es mentira aunque tal vez no sea toda
la verdad. Porque la Verdad no siempre vende.
Para que un pensamiento creativo genere un desplazamiento dimensional o más
aún, modifique la dimensión en la que nos hallamos, tiene que haber una
acuerdo ABSOLUTO entre nuestro cuerpo, nuestra mente tanto consciente como
inconsciente y nuestra energía espiritual, así como también la certeza
inviolable de que es un hecho consumado simplemente PORQUE NO PUEDE DEJAR DE
PASAR.
No sé vos… yo estoy en la etapa de seguir participando, aunque el juego es
hermoso y cada logro llena el alma de gozo.
Así que los toltecas establecieron acuerdos que no demandan ni más ni menos
que el mencionado esfuerzo pero que son de una aplicación tan simple que
vale la pena intentar, porque los resultados no se hacen esperar.
* *
*1º Acuerdo “SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS”*
Comprendemos la palabra como la manifestación de nuestros pensamientos y a
nuestros pensamientos como la manifestación de nuestra realidad interna.
Nunca hablamos bien o mal del otro simplemente porque nuestra mente no
registra su existencia en su realidad, hablamos de lo que vemos de nosotros
en el otro porque eso sí está en nuestra realidad interna.
Nunca expresamos un deseo sino la certeza de la realidad de una carencia
puesto que en nuestra mente solo podemos desear lo no tenemos.
Las palabras son un puente entre la energía creadora y la manifestación. Son
el sortilegio que trae a la vida todo aquello que habita en nuestro
interior.
El Dr. Ruiz habla en el libro de la “Impecabilidad” de la palabra
remitiéndose al latín “pecatus” y definiendo así como un discurso sin
pecado. Sin embargo “pecatus” hace más bien referencia a errar la flecha el
blanco y desde allí la aspiración es a un discurso pensado cuidadosamente;
teniendo en cuenta su objetivo final, es decir que no importa tanto lo que
decimos o porque lo decimos sino para qué lo decimos y allí radica la
impecabilidad.
Eso sí el Dr Ruiz hace referencia a una definición de pecado maravillosa:
“Un pecado es cualquier cosa que haces y que va contra ti. Todo lo que
sientas, creas o digas que vaya contra ti es pecado… Ser impecable es no ir
contra ti mismo. Cuando eres impecable asumes la responsabilidad de tus
actos pero sin juzgarte ni culparte.”
* *
*2º Acuerdo “NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE”*
Aaahh el ego!! Esa pequeña porción casi invisible de nuestro Ser
Magnificente que ocupa todo un espejo.
Todos los acuerdos se desprenden del primero, así tomarnos las cosas
personalmente es no ser impecables con nuestras palabras hacia nosotros
mismos.
Siempre asumimos que todo empieza y termina en nosotros cosa que solo es
aplicable dentro del espacio de nuestra propia realidad. El otro no puede
juzgarnos ni para bien ni para mal. No nos conoce lo suficiente, de hecho,
ni nosotros nos conocemos lo suficiente para poder juzgarnos y el único
capaz de decir sin lugar a dudas “Sé quién Eres” no ha tenido nunca la
intención de juzgarnos porque nos reconoce como una parte suya creada y
manifestada para ser perfecta.
El otro solo se juzga a sí mismo a través nuestro.
Cuando te dicen “la verdad es que sos una mala persona” está hablando de sí
misma, y ojo! Cuando te dice que sos lo más grande que hay también.
No tomarnos nada personalmente nos permite ubicarnos en un espacio de
equilibrio y de satisfacción con quiénes somos, y con lo que estamos
construyendo, que nos libera del miedo, la ansiedad, la necesidad de
sostener ideas ajenas y de compensar nuestros hipotéticos errores frente a
todo el que nos lo exija.
Que tu sed de perfección nazca de la necesidad de manifestar el Dios que sos
y no de conformar al otro.
Un amigo mío solía decir “me molesta que hables de vos cuando estás hablando
de mí”
* *
*3º Acuerdo “NO HAGAS SUPOSICIONES”*
Suponemos para compensar el miedo a lo desconocido, la ansiedad de no ser
correspondidos en nuestros afectos, nuestras ideas o nuestras normativas.
Suponemos como un acto de supervivencia que se nos tornó vicioso y que
seguimos utilizando porque es más simple que vencer nuestras barreras y
preguntar por miedo a la respuesta.
Sin embargo este mecanismo no hace más que producirnos angustia porque
vivimos imaginado escenarios posibles sin saber nunca si son reales y esto
por no mencionar el desgaste que produce en relación con el otro.
El “gran finale” de nuestra adicción a las suposiciones es cuando comenzamos
a hacerlas incluso sobre nosotros mismos.
Consideramos el conocernos o el explorarnos como un acto gratuito puesto que
ya sabemos todo lo que tenemos que saber de nosotros, y en realidad tenemos
los ficheros llenos de suposiciones generadas para satisfacer la necesidad
de respuestas de la mente. Así el mitote crece en nuestro interior
llenándonos de caos y ruido e impidiéndonos conectarnos con nuestra esencia
divina.
*4º Acuerdo “HAZ SIEMPRE TU MÁXIMO ESFUERZO”*
Si al apoyar la cabeza en la almohada te asalta la intranquilidad de saber
que no viviste según los cuatro acuerdos, ni los tres o ni siquiera uno,
tenés dos caminos: o juzgarte y continuar el camino del mal acuerdo o
preguntarse si eso fue lo máximo que podías hacer el día de hoy.
No todos los día son iguales, las exigencias, nuestro ánimo, los desafíos de
la dualidad hacen difícil discriminar la realidad de la ilusión. Comprender
esto, comprenderte como un Ser en camino de perfección y no perfecto; saber
que has dado cada minuto lo mejor de vos sin importar lo que esto signifique
de un minuto al otro, es el mejor camino para sostener los acuerdos y
alcanzar lo que los toltecas llaman “El Cielo en la Tierra”
Además tu mejor esfuerzo es lo único que podés dar con total
responsabilidad, actitud de gozo y entrega; y eso es exactamente lo que se
requiere para alcanzar la Maestría.
*QUE ESTE AÑO QUE COMIENZA PODAMOS REDEFINIR NUESTROS ACUERDOS Y ALCANZAR EL
CIELO EN LA TIERRA*
ASI SEA, ASI ES, ASI SERÁ
Los Cuatro Acuerdos de la Filosofía
Tolteca
*«No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así
tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir,
pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La única
razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz. La felicidad es
una elección, como también lo es el sufrimiento».*
Así comienza el libro de los Cuatro Acuerdos de la Sabiduría Tolteca, un
luminoso tratado destinado a poner fin a la Ilusión y al Caos creado por la
mente.
Como siempre con pasa con la Grandes Verdades lo único nuevo somos nosotros.
Cambiamos los enfoques, las maneras de plantearlas, las justificamos con los
últimos conocimientos científicos solo para darnos cuenta de que cientos,
cuando no miles de años atrás ya habían sido formuladas.
Cuando el Buda Gautama expresaba que todo es unidad y que nuestros actos
afectan siempre al Karma no solo de la humanidad sino de la Creación toda,
tal vez no suponía que iba a tener que esperar casi 2500 años para que la
teoría del campo unificado le permitiese quedarse tranquilo con su verdad…
Supongo que debe haber sido una espera dura en la ansiedad de haberle errado
al Nirvana; un colectivo equivocado y la reputación de casi tres milenios al
tacho!!
Esto es exactamente lo que sucede con la teoría tolteca sobre el Mitote. Los
toltecas sostuvieron, mucho antes de que nosotros los autorizáramos con
nuestros “descubrimientos” en neurofisiología y física cuántica, que vivimos
dentro de un sueño. Una fantasía elaborada a través de la incesante
actividad de nuestras mentes y que entrelazada con otras fantasía del
conjunto toman estatus de “verdades”.
De hecho esta misma “teoría” puede ser rastrada casi en el total de las
tradiciones Espirituales de los pueblos antiguos alrededor del mundo (La
Maya Hindú por ejemplo).
Bien, dentro de este sueño o Mitote deberíamos ser libres de crear cualquier
realidad que, literalmente, se nos ocurriera; sin embargo sostiene que
nuestra capacidad creadora no ha sido debidamente fomentada, de hecho ha
sido deliberadamente corrompida, en el nombre de lo que se denomina el bien
común que no es más que la normativa para controlar el orden social.
Herramientas involuntarias y bien intencionadas de esta “Castración
Creativa” ha sido nuestros padres en primer lugar, todo los adultos con
autoridad física o moral sobre nosotros y después los condicionamientos
sociales en general: El “qué Dirán” el “que no se note” y todos los que
seguro te están viniendo a la mente. A estos condicionantes los Denominaban
Acuerdos, puesto que se instalaban con la Voluntad (no siempre consciente ni
informada) del individuo.
Y acá llegamos a otro punto interesante:
Ningún acuerdo puede ser instalado “por la fuerza” en el otro sino con su
consentimiento.
Por supuesto está de más decir que la capacidad de oponernos a los acuerdos
es directamente proporcional a nuestro grado de madurez y a nuestro grado de
consciencia de Auto-responsabilidad, así también como la capacidad de
modificar y eliminar acuerdos autolimitantes o de establecer nuevos
acuerdos.
Es sobre esta base que los toltecas construyen la Teoría de los Cuatro
Acuerdos en orden de establecer un método simple (no fácil, simple) y
accesible a cualquiera que tome la decisión de reprogramar sus acuerdos
internos.
Hago la aclaración de que no son fáciles porque estamos viviendo en una
época de soluciones “Quick” que nos está llevando a la peligrosa tentación
de una espiritualidad con iguales características.
Depende de los años que tengas ya oíste el
“piense y hágase rico”
“cómo cambiar tu vida en una semana”
“cómo bajar de peso en 3 días”
“cómo conquistarla/lo con solo dos gestos” (…espacio libre para la
imaginación…)
Las cosas pueden ser Extremadamente simples, de hecho lo son en la gran
mayoría de los casos porque la dinámica cósmica no incluye el concepto de la
complicación. Sin embargo para sintonizarnos con dicha dinámica debemos
tener un gobierno exquisito sobre cada parte de nuestro ser, tanto sensible
como mental y energético.
Hoy en día todos somos conscientes de que somos lo que pensamos y que todo
lo que percibimos lo percibimos en realidad en el espejo de la memoria, sale
hasta en las revistas de entretenimiento haciéndonos sentir como unos
inútiles porque nosotros ya hemos imaginado la casa en la Riviera Francesa
con gaviotas y todo y hemos vuelto a despertar en la casita de Larguirucho.
Sin embargo lo que no nos han dicho no es mentira aunque tal vez no sea toda
la verdad. Porque la Verdad no siempre vende.
Para que un pensamiento creativo genere un desplazamiento dimensional o más
aún, modifique la dimensión en la que nos hallamos, tiene que haber una
acuerdo ABSOLUTO entre nuestro cuerpo, nuestra mente tanto consciente como
inconsciente y nuestra energía espiritual, así como también la certeza
inviolable de que es un hecho consumado simplemente PORQUE NO PUEDE DEJAR DE
PASAR.
No sé vos… yo estoy en la etapa de seguir participando, aunque el juego es
hermoso y cada logro llena el alma de gozo.
Así que los toltecas establecieron acuerdos que no demandan ni más ni menos
que el mencionado esfuerzo pero que son de una aplicación tan simple que
vale la pena intentar, porque los resultados no se hacen esperar.
* *
*1º Acuerdo “SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS”*
Comprendemos la palabra como la manifestación de nuestros pensamientos y a
nuestros pensamientos como la manifestación de nuestra realidad interna.
Nunca hablamos bien o mal del otro simplemente porque nuestra mente no
registra su existencia en su realidad, hablamos de lo que vemos de nosotros
en el otro porque eso sí está en nuestra realidad interna.
Nunca expresamos un deseo sino la certeza de la realidad de una carencia
puesto que en nuestra mente solo podemos desear lo no tenemos.
Las palabras son un puente entre la energía creadora y la manifestación. Son
el sortilegio que trae a la vida todo aquello que habita en nuestro
interior.
El Dr. Ruiz habla en el libro de la “Impecabilidad” de la palabra
remitiéndose al latín “pecatus” y definiendo así como un discurso sin
pecado. Sin embargo “pecatus” hace más bien referencia a errar la flecha el
blanco y desde allí la aspiración es a un discurso pensado cuidadosamente;
teniendo en cuenta su objetivo final, es decir que no importa tanto lo que
decimos o porque lo decimos sino para qué lo decimos y allí radica la
impecabilidad.
Eso sí el Dr Ruiz hace referencia a una definición de pecado maravillosa:
“Un pecado es cualquier cosa que haces y que va contra ti. Todo lo que
sientas, creas o digas que vaya contra ti es pecado… Ser impecable es no ir
contra ti mismo. Cuando eres impecable asumes la responsabilidad de tus
actos pero sin juzgarte ni culparte.”
* *
*2º Acuerdo “NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE”*
Aaahh el ego!! Esa pequeña porción casi invisible de nuestro Ser
Magnificente que ocupa todo un espejo.
Todos los acuerdos se desprenden del primero, así tomarnos las cosas
personalmente es no ser impecables con nuestras palabras hacia nosotros
mismos.
Siempre asumimos que todo empieza y termina en nosotros cosa que solo es
aplicable dentro del espacio de nuestra propia realidad. El otro no puede
juzgarnos ni para bien ni para mal. No nos conoce lo suficiente, de hecho,
ni nosotros nos conocemos lo suficiente para poder juzgarnos y el único
capaz de decir sin lugar a dudas “Sé quién Eres” no ha tenido nunca la
intención de juzgarnos porque nos reconoce como una parte suya creada y
manifestada para ser perfecta.
El otro solo se juzga a sí mismo a través nuestro.
Cuando te dicen “la verdad es que sos una mala persona” está hablando de sí
misma, y ojo! Cuando te dice que sos lo más grande que hay también.
No tomarnos nada personalmente nos permite ubicarnos en un espacio de
equilibrio y de satisfacción con quiénes somos, y con lo que estamos
construyendo, que nos libera del miedo, la ansiedad, la necesidad de
sostener ideas ajenas y de compensar nuestros hipotéticos errores frente a
todo el que nos lo exija.
Que tu sed de perfección nazca de la necesidad de manifestar el Dios que sos
y no de conformar al otro.
Un amigo mío solía decir “me molesta que hables de vos cuando estás hablando
de mí”
* *
*3º Acuerdo “NO HAGAS SUPOSICIONES”*
Suponemos para compensar el miedo a lo desconocido, la ansiedad de no ser
correspondidos en nuestros afectos, nuestras ideas o nuestras normativas.
Suponemos como un acto de supervivencia que se nos tornó vicioso y que
seguimos utilizando porque es más simple que vencer nuestras barreras y
preguntar por miedo a la respuesta.
Sin embargo este mecanismo no hace más que producirnos angustia porque
vivimos imaginado escenarios posibles sin saber nunca si son reales y esto
por no mencionar el desgaste que produce en relación con el otro.
El “gran finale” de nuestra adicción a las suposiciones es cuando comenzamos
a hacerlas incluso sobre nosotros mismos.
Consideramos el conocernos o el explorarnos como un acto gratuito puesto que
ya sabemos todo lo que tenemos que saber de nosotros, y en realidad tenemos
los ficheros llenos de suposiciones generadas para satisfacer la necesidad
de respuestas de la mente. Así el mitote crece en nuestro interior
llenándonos de caos y ruido e impidiéndonos conectarnos con nuestra esencia
divina.
*4º Acuerdo “HAZ SIEMPRE TU MÁXIMO ESFUERZO”*
Si al apoyar la cabeza en la almohada te asalta la intranquilidad de saber
que no viviste según los cuatro acuerdos, ni los tres o ni siquiera uno,
tenés dos caminos: o juzgarte y continuar el camino del mal acuerdo o
preguntarse si eso fue lo máximo que podías hacer el día de hoy.
No todos los día son iguales, las exigencias, nuestro ánimo, los desafíos de
la dualidad hacen difícil discriminar la realidad de la ilusión. Comprender
esto, comprenderte como un Ser en camino de perfección y no perfecto; saber
que has dado cada minuto lo mejor de vos sin importar lo que esto signifique
de un minuto al otro, es el mejor camino para sostener los acuerdos y
alcanzar lo que los toltecas llaman “El Cielo en la Tierra”
Además tu mejor esfuerzo es lo único que podés dar con total
responsabilidad, actitud de gozo y entrega; y eso es exactamente lo que se
requiere para alcanzar la Maestría.
*QUE ESTE AÑO QUE COMIENZA PODAMOS REDEFINIR NUESTROS ACUERDOS Y ALCANZAR EL
CIELO EN LA TIERRA*
ASI SEA, ASI ES, ASI SERÁ
viernes, 1 de enero de 2010
Ni Dios, ni Yo (Para empezar el año)
Capitulo: Ni Yo, ni Dios
El Budismo, según las palabras de su fundador, se basa en la existencia personal y no en la relación divina.
De esta forma niega la existencia independientemente de un “yo” o “ego”. Todas las tradiciones recurren al concepto del “alma” o “Atman” en sánscrito, como una entidad permanente que nos sobrevive, para conocer otra vida u otras vidas distintas del cuerpo resistente a la muerte, al sueño o a la pérdida de conciencia.
El Budismo la ha buscado sin encontrarla.
De esta forma rechaza también el concepto moderno de un “yo” o “ego” tangible, definido y durable.
Cuando decimos “mi cuerpo”, “mi espíritu”, suponemos la existencia de un ser, de una persona que posee este cuerpo y este espíritu.
Igualmente cuando decimos “mis deseos”, “mi pasado”, etc.
Esto es condenado porque es una creencia ilusoria que origina el egoísmo, el apego a las pertenencias, a los celos, al orgullo, a la envidia, a los otros que viven en el mismo error.
Los conflictos entre los individuos, a las guerras de exterminación entre naciones, toda la maldad que nos agita; nace de esta creencia absurda, de esta sensación de ser distinto, particular y permanente.
Somos como la hoja de papel en relación a todas las cosas. Podemos descomponernos en varios elementos, en las partes y hasta en los átomos que nos componen. Para luchar contra este flujo e impermanencia que nos rodea, los hombres han inventado dos conceptos: Uno para protegerse, otro para la conservación.
El concepto de protección se llama Dios, padre omnipresente y omnipotente que nos protege de nuestra debilidad.
El concepto de conservación se llama “alma” destinada a vivir eternamente y que nos consuela ante el pasaje de la vida.
Estas ideas son “proyecciones mentales sutiles”, irresistibles, porque ellas nacen de nuestra angustia y de nuestra necesidad de vivir.
El hombre se apega tan fuertemente a estos conceptos que no aceptara ninguna palabra que se oponga a ellos.
Para lograr la iluminación es indispensable que nos liberemos de ellos.
El Buda Sakyamuni dijo: “Los hombres dominados por las pasiones y envueltos en la oscuridad no pueden ver esta verdad que va contra la corriente que es sublime, profunda y difícil de comprender.
Ir contra la corriente es una forma de decir que estamos muy ligados a la idea de un ser permanente e individual. A todos nos parece que somos hechos de nuestras acciones pasadas, del momento presente, de nuestros proyectos para el futuro. Que las modificaciones son superficiales, que lo esencial en cada uno de nosotros subsiste.
“Tu no has cambiado”, solemos decir como un halago.
El Budismo afirma lo contrario. Ningún trazo de substancia permanece sin cambio, vivimos en medio de una cadena ininterrupta de relaciones que condicionan nuestra existencia a cada instante.
Esta idea del ego se relaciona, con la noción del pasado y la memoria. Esta sensación de continuidad es una ilusión. Todo lo que concierne a nuestro pasado, que reconstituimos y modificamos constantemente con el pensamiento es lo que ilusoriamente confundimos dando el nombre de “yo”.
El Budismo, según las palabras de su fundador, se basa en la existencia personal y no en la relación divina.
De esta forma niega la existencia independientemente de un “yo” o “ego”. Todas las tradiciones recurren al concepto del “alma” o “Atman” en sánscrito, como una entidad permanente que nos sobrevive, para conocer otra vida u otras vidas distintas del cuerpo resistente a la muerte, al sueño o a la pérdida de conciencia.
El Budismo la ha buscado sin encontrarla.
De esta forma rechaza también el concepto moderno de un “yo” o “ego” tangible, definido y durable.
Cuando decimos “mi cuerpo”, “mi espíritu”, suponemos la existencia de un ser, de una persona que posee este cuerpo y este espíritu.
Igualmente cuando decimos “mis deseos”, “mi pasado”, etc.
Esto es condenado porque es una creencia ilusoria que origina el egoísmo, el apego a las pertenencias, a los celos, al orgullo, a la envidia, a los otros que viven en el mismo error.
Los conflictos entre los individuos, a las guerras de exterminación entre naciones, toda la maldad que nos agita; nace de esta creencia absurda, de esta sensación de ser distinto, particular y permanente.
Somos como la hoja de papel en relación a todas las cosas. Podemos descomponernos en varios elementos, en las partes y hasta en los átomos que nos componen. Para luchar contra este flujo e impermanencia que nos rodea, los hombres han inventado dos conceptos: Uno para protegerse, otro para la conservación.
El concepto de protección se llama Dios, padre omnipresente y omnipotente que nos protege de nuestra debilidad.
El concepto de conservación se llama “alma” destinada a vivir eternamente y que nos consuela ante el pasaje de la vida.
Estas ideas son “proyecciones mentales sutiles”, irresistibles, porque ellas nacen de nuestra angustia y de nuestra necesidad de vivir.
El hombre se apega tan fuertemente a estos conceptos que no aceptara ninguna palabra que se oponga a ellos.
Para lograr la iluminación es indispensable que nos liberemos de ellos.
El Buda Sakyamuni dijo: “Los hombres dominados por las pasiones y envueltos en la oscuridad no pueden ver esta verdad que va contra la corriente que es sublime, profunda y difícil de comprender.
Ir contra la corriente es una forma de decir que estamos muy ligados a la idea de un ser permanente e individual. A todos nos parece que somos hechos de nuestras acciones pasadas, del momento presente, de nuestros proyectos para el futuro. Que las modificaciones son superficiales, que lo esencial en cada uno de nosotros subsiste.
“Tu no has cambiado”, solemos decir como un halago.
El Budismo afirma lo contrario. Ningún trazo de substancia permanece sin cambio, vivimos en medio de una cadena ininterrupta de relaciones que condicionan nuestra existencia a cada instante.
Esta idea del ego se relaciona, con la noción del pasado y la memoria. Esta sensación de continuidad es una ilusión. Todo lo que concierne a nuestro pasado, que reconstituimos y modificamos constantemente con el pensamiento es lo que ilusoriamente confundimos dando el nombre de “yo”.
Conferencia del 14/11/2009 - Maestro Pu Hsien -(Leída en la práctica del 30/12/2009)
Conferencia 14 fecha 01/11/09
Un proverbio chino dice: “Si ven soldados enfréntelos con generales, si ven agua construyan un muro para contenerla”.
Señores, ustedes los que se encuentran sentados aquí, ¿qué tipo de sensación están sintiendo ahora? Que el banco es muy duro, que le hormiguean los pies, etcétera. Buddha dijo: “La sensación es el milagro para el despertar”. No reconocerlo es una característica del ser humano. La atención a la sensación rectificará a la mente y esta mente recta es el camino”. Cuando la sensación llega no debemos dejarnos dominar por ella. La vida simple depende de nuestra sabiduría pero no es fácil lograrla. Tenemos que saber que la tecnología de hoy puede ayudarnos a disfrutar mejor de la vida. La vida simple no es pobreza. Si no tenemos aparatos tecnológicos la vida puede complicarse; imagínese usted hoy en día lavando la ropa a mano, gastará mucho tiempo en ello. La vida simple es un método, pero el exceso de simplicidad es un atraso.
Hay otro proverbio chino que dice: “Es muy rico como el emperador, pero vive como un mendigo”.
Hay personas que tienen méritos de la vida pasada y son ricas en esta vida, pero no donan nada. Ellos pueden tener retribuciones de bendiciones pero no están usando estas condiciones para progresar en el camino correcto.
Otras pueden tener mucha codicia y cuando conocen la pobreza adquieren una mente maligna, es necesario tener mucha rectitud de carácter y de actitudes cuando estamos en la pobreza para no empeorar la situación. Hay también personas que se comparan todo el tiempo con otras; este tipo de personas no tienen mucha sabiduría pero las podríamos definir como “sabio de las comparaciones externas”. En chino el sonido de la palabra sabio es el mismo que el sonido de escoria de la sociedad, el significado es que es alguien que no le hace falta a la sociedad. Tenemos que pensar que el pasado ya paso y el futuro todavía esta por llegar. El pasado es para aprender con el y no para lamentarnos de lo que tuvimos y de lo que fuimos. No lo debemos compararlo con el presente y tampoco no debemos lamentarnos de la situación actual. Si tenemos sabiduría vamos a percibir que la vida y la muerte son más importantes que el apego al pasado. Mientras estemos vivos debemos pensar en hacer feliz a quien está a nuestro lado; vivir feliz y dormir feliz es despertar para la vida. ¿Qué es el despertar para la muerte? Cuando usted ya cumplió todos sus deberes no tendrá su destino preso a la causalidad y no precisará preocuparse con la muerte, esto es despertar para la muerte. Si usted comprende lo que es la vida, comprenderá lo que es la muerte. Si usted no tiene afinidad con las personas, siempre estará en peligro, las situaciones que la vida le presente serán peligrosas para usted. Por esta razón siempre debemos tener una mente de agradecimiento, de alegría.
Nosotros, buddhistas al conocer el Buddhadharma no debemos volvernos personas excéntricas. Quien conoce el budhismo tiene que transformar los problemas de la vida en alegría. Tenemos que relacionarnos con el mundo, con la familia, tenemos que armonizarnos con la sociedad y con la naturaleza.
Si solo pensamos en ganar más dinero y no apreciamos la naturaleza no aprovecharemos esta vida, cuando nos armonicemos con todo, nuestra vida será bella.
Vivir sin relacionarnos con el mundo es una ilusión. Tener una familia armoniosa y feliz va a contribuir para nuestra práctica budista. Aquellos que tienen muchas habilidades están muy ocupados y los menos hábiles son los que más descansan. Aquellos que tienen más elocuencia deben argumentar más, los que tienen menos elocuencia deben permanecer callados. Hay personas que cuando adquieren éxito material olvidan el sentido de la vida. Aquellos que acumulan solo amor tendrán bendiciones, quienes solo acumulan quejas tornarán sus vidas muy desgraciadas, estos tipos de pensamientos generan muchas aflicciones. La aflicción puede matar a una persona, esta puede estar atrincherada profundamente en su mente y en cualquier situación puede brotar. Los bodhisattvas y mahasattvas alcanzaron el nivel de que cualquier tipo de sensación no altere sus sentimientos. Ellos perciben la sensación pero no alimentan los efectos. Con la edad el cuerpo se torma más doloroso por causa del acumulo de aflicciones en la vida. Todas las situaciones de hoy, son el resultado de los hábitos del pasado.
Un antiguo proverbio dice: “Cuando estamos en una situación de peligro buscamos un lugar aislado y cuando estamos en paz y tranquilidad no prestamos atención a lo que sucede alrededor”.
Si no tenemos principios en la vida, vamos a vivir sin normas y muy relajados. Desperdiciar la vida no es muy correcto. Sin normas y principios su vida acabará. Debemos vivir de acuerdo a las situaciones. Quien consigue tratar a los padres con atención es un hijo obediente. La mente de las personas no dignas, son inestables las personas no dignas deben ser mantenidas a distancia.
¿Qué es la riqueza? Ser rico es cuando no falta nada. ¿Qué es ser noble? Ser noble es tener ética. Lo mejor de la riqueza, no es el poder, es la libertad. La riqueza más apreciada no es el dinero y sí lo es la nobleza. Los Tres Refugios y los Cinco Preceptos sirven para tornarnos nobles y adquirir libertad. Hay personas que son esclavas del sexo, de las ambiciones y del miedo. La superstición nos causa miedo; la superstición puede ser considerada como cuando uno se zambulle en lo que no vemos. Los budistas no somos supersticiosos porque seguimos a Buddha que es un Iluminado.
No debemos temer nuestro pasado, pues las buenas acciones y los buenos votos del presente nos traerán un buen destino. Todo lo que hacemos deja un rastro bien profundo que se manifestará en la calidad del futuro. Si usted no realizó ninguna buena acción y ningún buen estudio no tendrá ningún mérito y de esta manera si debe temer la muerte. El miedo a la muerte está en nuestra imaginación y se origina de la ignorancia. La práctica del budismo nos lleva a entender que todo lo que hagamos es parte de la práctica y tenemos que tratar la muerte como un medio para nuestro despertar. Así debemos contemplar la sensación del dolor y saber que son los cuatro elementos que se están separando.
Si hemos realizado buenas acciones durante la vida tendremos una sonrisa cuando dejemos este mundo.
Un proverbio chino dice: “Si ven soldados enfréntelos con generales, si ven agua construyan un muro para contenerla”.
Señores, ustedes los que se encuentran sentados aquí, ¿qué tipo de sensación están sintiendo ahora? Que el banco es muy duro, que le hormiguean los pies, etcétera. Buddha dijo: “La sensación es el milagro para el despertar”. No reconocerlo es una característica del ser humano. La atención a la sensación rectificará a la mente y esta mente recta es el camino”. Cuando la sensación llega no debemos dejarnos dominar por ella. La vida simple depende de nuestra sabiduría pero no es fácil lograrla. Tenemos que saber que la tecnología de hoy puede ayudarnos a disfrutar mejor de la vida. La vida simple no es pobreza. Si no tenemos aparatos tecnológicos la vida puede complicarse; imagínese usted hoy en día lavando la ropa a mano, gastará mucho tiempo en ello. La vida simple es un método, pero el exceso de simplicidad es un atraso.
Hay otro proverbio chino que dice: “Es muy rico como el emperador, pero vive como un mendigo”.
Hay personas que tienen méritos de la vida pasada y son ricas en esta vida, pero no donan nada. Ellos pueden tener retribuciones de bendiciones pero no están usando estas condiciones para progresar en el camino correcto.
Otras pueden tener mucha codicia y cuando conocen la pobreza adquieren una mente maligna, es necesario tener mucha rectitud de carácter y de actitudes cuando estamos en la pobreza para no empeorar la situación. Hay también personas que se comparan todo el tiempo con otras; este tipo de personas no tienen mucha sabiduría pero las podríamos definir como “sabio de las comparaciones externas”. En chino el sonido de la palabra sabio es el mismo que el sonido de escoria de la sociedad, el significado es que es alguien que no le hace falta a la sociedad. Tenemos que pensar que el pasado ya paso y el futuro todavía esta por llegar. El pasado es para aprender con el y no para lamentarnos de lo que tuvimos y de lo que fuimos. No lo debemos compararlo con el presente y tampoco no debemos lamentarnos de la situación actual. Si tenemos sabiduría vamos a percibir que la vida y la muerte son más importantes que el apego al pasado. Mientras estemos vivos debemos pensar en hacer feliz a quien está a nuestro lado; vivir feliz y dormir feliz es despertar para la vida. ¿Qué es el despertar para la muerte? Cuando usted ya cumplió todos sus deberes no tendrá su destino preso a la causalidad y no precisará preocuparse con la muerte, esto es despertar para la muerte. Si usted comprende lo que es la vida, comprenderá lo que es la muerte. Si usted no tiene afinidad con las personas, siempre estará en peligro, las situaciones que la vida le presente serán peligrosas para usted. Por esta razón siempre debemos tener una mente de agradecimiento, de alegría.
Nosotros, buddhistas al conocer el Buddhadharma no debemos volvernos personas excéntricas. Quien conoce el budhismo tiene que transformar los problemas de la vida en alegría. Tenemos que relacionarnos con el mundo, con la familia, tenemos que armonizarnos con la sociedad y con la naturaleza.
Si solo pensamos en ganar más dinero y no apreciamos la naturaleza no aprovecharemos esta vida, cuando nos armonicemos con todo, nuestra vida será bella.
Vivir sin relacionarnos con el mundo es una ilusión. Tener una familia armoniosa y feliz va a contribuir para nuestra práctica budista. Aquellos que tienen muchas habilidades están muy ocupados y los menos hábiles son los que más descansan. Aquellos que tienen más elocuencia deben argumentar más, los que tienen menos elocuencia deben permanecer callados. Hay personas que cuando adquieren éxito material olvidan el sentido de la vida. Aquellos que acumulan solo amor tendrán bendiciones, quienes solo acumulan quejas tornarán sus vidas muy desgraciadas, estos tipos de pensamientos generan muchas aflicciones. La aflicción puede matar a una persona, esta puede estar atrincherada profundamente en su mente y en cualquier situación puede brotar. Los bodhisattvas y mahasattvas alcanzaron el nivel de que cualquier tipo de sensación no altere sus sentimientos. Ellos perciben la sensación pero no alimentan los efectos. Con la edad el cuerpo se torma más doloroso por causa del acumulo de aflicciones en la vida. Todas las situaciones de hoy, son el resultado de los hábitos del pasado.
Un antiguo proverbio dice: “Cuando estamos en una situación de peligro buscamos un lugar aislado y cuando estamos en paz y tranquilidad no prestamos atención a lo que sucede alrededor”.
Si no tenemos principios en la vida, vamos a vivir sin normas y muy relajados. Desperdiciar la vida no es muy correcto. Sin normas y principios su vida acabará. Debemos vivir de acuerdo a las situaciones. Quien consigue tratar a los padres con atención es un hijo obediente. La mente de las personas no dignas, son inestables las personas no dignas deben ser mantenidas a distancia.
¿Qué es la riqueza? Ser rico es cuando no falta nada. ¿Qué es ser noble? Ser noble es tener ética. Lo mejor de la riqueza, no es el poder, es la libertad. La riqueza más apreciada no es el dinero y sí lo es la nobleza. Los Tres Refugios y los Cinco Preceptos sirven para tornarnos nobles y adquirir libertad. Hay personas que son esclavas del sexo, de las ambiciones y del miedo. La superstición nos causa miedo; la superstición puede ser considerada como cuando uno se zambulle en lo que no vemos. Los budistas no somos supersticiosos porque seguimos a Buddha que es un Iluminado.
No debemos temer nuestro pasado, pues las buenas acciones y los buenos votos del presente nos traerán un buen destino. Todo lo que hacemos deja un rastro bien profundo que se manifestará en la calidad del futuro. Si usted no realizó ninguna buena acción y ningún buen estudio no tendrá ningún mérito y de esta manera si debe temer la muerte. El miedo a la muerte está en nuestra imaginación y se origina de la ignorancia. La práctica del budismo nos lleva a entender que todo lo que hagamos es parte de la práctica y tenemos que tratar la muerte como un medio para nuestro despertar. Así debemos contemplar la sensación del dolor y saber que son los cuatro elementos que se están separando.
Si hemos realizado buenas acciones durante la vida tendremos una sonrisa cuando dejemos este mundo.
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